06 noviembre, 2005


HALLOWEEN: Me puse a mirar como el Jose ( sin acento ) acomodaba su máscara de duende y apretaba su bolsita con caramelos y monedas que los vecinos le habían entregado.Lo caché que era él por su estatura y porque cojea un poco al caminar, producto de una malformación congénita. Pero esa noche él fue un Duende, seguramente se sentía con poder mágico detrás de esa máscara que combinaba la fantasía y un horror de niños que estas alturas del partido es manejable y llevadero. El terror de hoy no es el de ayer gracias al cine y los efectos especiales. Aparecieron vampiros, Frankesteines, momias y un gorila que no se conformaba de tener su piel suelta sobre el cuerpo de un niño débil y de tranco cansado que vendía agua para las flores en el cementerio horas antes de transformarse en esa simpática bestia. Fue una danza de máscaras y de trajes que dio a la noche un especial simbolismo. Pero...faltaba el verdadero terror: La Vecina, la vieja más copuchenta de la Villa( la Bisagra le decimos, "si no está afuera de la ventana está por dentro" fisgoneando). Apareció cuando estaba oscuro y los niños andaban en su juego. Mientras yo daba caramelos al grupo de niños el Jose le pidió caramelos y ella de manera hosca y vulgar le dijo que " a las horas que andaban hueveando".
Ahí apareció la Bruja, pero ella no se disfrazó para ese día,: Ella es así, encarnación del mal vivir, de la crítica ponzoñoza y por esa noche del maltrato a los niños que se sentían diferentes .
Ella hace de su vida una noche de brujas permanente: No necesita de murciélagos porque sus pensamientos lo son; no necesita de olor nauseabundo porque vive echándole su perro a los niños y gernerando hacia ellos palabras soeces. Lleva el olor del azufre en sí.
Lo más lindo de la noche fue cuando el Jose la escucho decir eso y se quedó mirándole. Cuando la Vecina se alejó Jose se puso sus manitos en bocina y desde el fondo del alma le gritó "Vieja chuchetumaire". se produjo un silencio en todos . El niño gritó lo que pensamos casi siempre de ella. En la noche de Halloween él lo pudo hacer. Su alma de niño le había convertido en Duende y eso le daba poderes para hacer lo que quisiera, quizás también para hacerse invisible.
"Tu maire" " tu maire" "tu maire" "tu maire"...repitió el eco mientras un hermoso Duende cojo se adentró saltando en la noche, para ir a comer dulces con sus labios ya pegajosos de azúcar y chocolate.

02 noviembre, 2005


Pablito Calvo, el protagonista de la película que comenté. Casi todos los niños teníamos esa especie de rostro; debe haber influido el corte de pelo y que la mirada no tenía la tristeza de muchos niños de nuestros días . . . menos violencia, menos exigencia exitista en los hogares...vaya a saber uno!!!!!! Pero eran inocencias mejores . . .

Afiche de "Marcelino Pan y Vino" ; en un dibujo con una muy hermosa y bien trabajada perspectiva . . .cuando dibujaba la mano del artista, no una computadora . . .